¿ESTAMOS PREPARADOS?
Está claro que la medicina ha cambiado, en su relación con los pacientes, en estos últimos años. Hemos pasado de una medicina "paternalista" con un sistema público organizado para atender a procesos "agudos" donde el médico decidía de forma incuestionable lo que tenía que hacer el paciente y este debía obedecer, a un sistema que debe atender a crónicos que están algo mas informados (bien o mal) y que quieren intervenir en las decisiones de su tratamiento.
El primer cambio necesario ha sido la actitud de los profesionales en la atención al paciente, las patologías se han ido sumando, los objetivos de tratamiento y prevención han ido complicando la tarea y lo que antes se resolvía con "¡Haces esto porque lo digo yo y mis decisiones médicas no se discuten!" hoy se necesita la complicidad del paciente, si se quiere culminar con éxito un tratamiento integral.
Es decir hay que convencer a los pacientes a que realicen cambios en su estilo de vida. ¡Uf, difícil tarea!. Si, no es una tarea fácil, el talonario de recetas no vale, ese arma tan potente como es la receta y el boli, ha dejado paso al entendimiento y la complicidad.
Cuanto mas informado está el paciente, mas implicado está con su tratamiento y mejores resultados se consiguen. Esta sería la premisa fundamental, pero si fuera tan sencillo ya estaría todo resuelto ¡Démosle toda la información al paciente y listo!. No, influyen muchiiiisimos mas factores que decantarán la actitud del paciente, como la confianza en el profesional, los acuerdos por ambas partes, los condicionantes ambientales, el entorno familiar, la identificación positiva del cambio, los prejuicios del paciente,....
Así que el éxito de nuestros resultados dependerá de la "Forma en como actuamos con el paciente". De esta forma entra en juego una nueva herramienta: "Las habilidades en la comunicación" necesaria para intentar descubrir éstos otros factores y así poder llegar a cambios duraderos que sean de utilidad al propio paciente y que éste los identifique como beneficiosos para él.
Los pacientes, según sus derechos y deberes, tienen el derecho a decidir sobre su terapia, pero ¿Como va a decidir si no sabe de medicina? Pues lo harán. Para ello necesitan información, confianza y convencimiento. Por una parte al darle esa información el paciente tendrá mas resortes para actuar y por otro su percepción del profesional que tiene enfrente mejorara y por ende admitirá de mejor grado las recomendaciones que se le hagan. Pero esa información hay que dársela en su lenguaje, deben entenderla, de nada sirven tecnicismos que engrandezcan el ego del profesional y que arrinconen al interlocutor.
La dispensación es la tecnología del descubrimiento.
Ayer atendí a un paciente, su médico le cambió la metformina por "Eucreas" (Metformina+Vidagliptina) me pareció como que él y su mujer tuvieran ansiedad por conocer tan prodigiosa medicina que su médico le acababa de recetar. Así que, lógicamente, empecé a investigar, es decir, a dispensar.
Usaba también Lantus por la noche y 1 metformina al día. El cambio viene porque la última analítica su Hb1ac: 12,5% , si, si 12,5%. Así que aunque la farmacia estaba algo movida (faltaba un auxiliar) y me temblaron algo las piernas, me puse manos a la obra.
El paciente no sabía lo que quería decir ese resultado, él estaba bien, no tenía ninguna molestia. En cuanto a su peso, estaba contento porque aunque comía "de todo" no estaba engordando, todo lo contrario "estoy incluso adelgazando, no sé para que tengo que hacer dieta". Y algunos conceptos mas que serían para no dormir.
Parece claro que a este paciente le faltaba MUCHA INFORMACIÓN, nadie se la había dado, se había pasado por alto lo más importante en éste tipo de patología: La información al paciente y la búsqueda de su complicidad para su autocuidado.
Evidentemente dediqué mas de 40 min en formarlo, o intentarlo al menos, sobre su patología, dieta, ejercicio, pronostico de la enfermedad, etc... y encontré un handicap que imagino que su médico también encontró: No quería oír hablar de mas "pinchazos de Insulina, con uno por la noche era suficiente".
Así que la estrategia era clara: Respetando tu decisión de no querer mas pinchazos, es necesario que "nos" impliquemos mas exhaustivamente en la cumplimentación de la dieta, el ejercicio y la toma de la medicación. Así como las automedicas de glucemias capilares y aprender a interpretarlas para poder realizar cambios en las desviaciones.
El paciente y su mujer, entendieron la estrategia y se comprometieron a comenzar una nueva forma de afrontar la enfermedad. Y saben que me tienen a mano para su seguimiento. ¿Habrá servido de algo?.... El tiempo lo dirá.